La tradición vinícola de una familia con siglos de elaboración de vino.
Actualmente nuestro proyecto se resume en la recuperación de viñedos antiguos y en la elaboración de vinos naturales y alternativos con su uva.
“Tesoros olvidados “ es el nombre que damos a nuestro proyecto. A través de este proyecto recuperamos viñedos ancestrales. Nos hacemos cargo de ellos y con agricultura sostenible los cuidamos para producir la uva de siempre.
Son verdaderos tesoros, contienen diferentes variedades de uva mezcladas de viñas centenarias, viñedos en vaso de líneos irregulares y de producciones muy limitadas. De estos viñedos, que están en zonas límite de producción, zonas altas, zonas rodeadas de monte y naturaleza, sacamos las uvas para hacer nuestros vinos más radikales, nuestros Radikalwines, que son vinos que quieren reflejar la tipicidad de la zona de la manera más manifiesta, más radical.
Elaboramos micro vinificaciones de parcelas y de viñedos extremos, viñedos de altura, buscando la radicalidad, la pureza y tipicidad de la zona como elemento de identidad. Busco que mis vinos sepan al paisaje extremo del que proceden.
Quiero vinos inusuales, extraordinarios para minorías, más que vinos comunes que estén bebibles para la mayoría.
Variedades autóctonas, Vendimias manuales, fermentaciones espontáneas, vinificaciones inferiores a las 5000 botellas, tecnología en armonía con lo tradicional, tipicidad, mínima intervención y sostenibilidad ambiental son nuestras señas de identidad.
Vinos para los que quieren tener una experiencia con vinos vivos que cambian, que te hablan, que evolucionan…. Naturales y veganos. Toda mi pasión y conocimiento va para ellos.
Elaboramos dos líneas de vinos: la línea clásica de toda la vida, Palacio de Lerma, vinos sinceros, tranquilos y honestos y los Radikalwines, Barbudo y Rosarito que son más atrevidos, extremos y rompedores.
Os esperamos para enseñaros “ in situ “ nuestra zona y nuestro proyecto.
Barbudo Radikal Wines
BARBUDO está elaborado con sistema pigeage siguiendo nuestra filosofía de máxima extracción con la mínima intervención. Todos los trasiegos se han hecho con bomba peristaltica a baja velocidad. Ha permanecido 3 meses y medio en barricas de roble francés de segundo año de grano fino. Servir entre 14 y 18 grados. Por su elaboración natural, al principio es un vino tímido que tiene que oxigenarse y coger temperatura para decir lo mejor de él.